¿Para qué quiero un logotipo si lo que vendo son cafés?, ¿Para qué una imagen de marca si mi clientela no se fija en eso?

Seguro que éstas y otras preguntas te habrás hecho y probablemente hayas respondido que no necesitas un logotipo para nada. Con este artículo nos gustaría desmentir estas creencias y darle el papel que se merece una imagen de marca.

En numerosas ocasiones salimos a la calle con la pretensión de comer o cenar fuera. De descubrir locales y de enamorarnos de una cocina nueva o un estilo diferente.
Al pasearnos por las calles más famosas de tapas o de bares de cualquier ciudad, nos encontramos con que la mayoría están rotulados con imágenes simples, tipografías sin personalidad y/o en su mayoría coronadas con el logotipo de la cerveza que suministran.

Este tipo de imágenes dificultan al consumidor, no sabe qué tipo de comida ofreces o en consecuencia dan lugar a una visión generalista del negocio igualándote con el resto de locales. Lo que puede llevar a conseguir poca clientela nueva o poco adecuada según tu público objetivo.

Las reglas son simples, si tienes un local enfocado a comida rápida tendrás que tener una imagen que transmita eso, diversión, juventud, comida sabrosa, etc. O si por el contrario es un local exclusivo, la imagen tendrá que ser más seria, con colores neutros y que perduren en el tiempo.

Por ello es recomendable tener una imagen de marca. Un logotipo que represente a tu local, al tipo de comida, el tipo de servicio que ofreces o incluso evocando a la ubicación. En muchas ocasiones la localización es un punto atractivo que explotar. El estudio del público objetivo, la ubicación y el tipo de servicio que ofreces son imprescindibles para llevar a cabo una propuesta de imagen corporativa que incluya un logotipo e icono y su aplicación a los distintos soportes básicos como son las cartas, el rótulo o las tarjetas de visita.

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